lunes, 17 de noviembre de 2008

Carta en el Diario de León

Me apena ver como hay padres que llevan a sus hijos de la mano a presenciar una matanza. Esos mismos padres que en algunos casos rechazan la asignatura de educación para la ciudadanía por falta de ética. Me entristece la falta de sensibilidad que muestra toda esa gente que acude al asesinato de un ser vivo. Se escudan en la falsa hipótesis de que la "fiesta nazional" se celebra para preservar al toro de lidia, de que no sufren, cuando antes y durante la corrida son sometidos a torturas indignas del ser humano. Simplemente celebrada para el enriquecimiento de unos pocos y para que otros se sientan como héroes midiéndose a un ser vivo al que recortan los cuernos para que les duela al embestir, armados con una espada y con las condiciones adversas en las que se encuentra el animal. Y más triste aún es ver aplaudir a la gente ante una matanza, disfrutando de la sangre derramada del animal, obligando a sus hijos a ver tal verguenza que comete el hombre, ver las caras de superioridad y de asco que ponen al ver que fuera de la plaza hay gente que no está de acuerdo con esa crueldad.
Encuentro degradante esa practica despiadada de acoso y tortura. Intentar defender esa actividad tan vil y ridícula que tanto quiere parecerse a los circos romanos y a los campos de concentración es de personas tan faltas de principios y escrúpulos como para mandar a sus apoderados a pagar a la gente que no está de acuerdo con esa vergüenza. Por no comentar que llevar a menores a actividades violentas está penado por la ley.

POR UN LEÓN ANTITAURINO.

Como decían Reincidentes: "cuando el sadismo se convierte en tradición"

Salud.

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